Los medicamentos anticonvulsivos (antiepilépticos) ayudan a normalizar la forma en que los impulsos nerviosos viajan a través de las células nerviosas, lo que ayuda a prevenir o tratar las convulsiones. Mientras el cerebro funciona normalmente, las células nerviosas se comunican entre sí mediante señales eléctricas controladas de una célula nerviosa a otra. De esta manera, el cerebro le dice al cuerpo que haga todo lo que necesita o quiere hacer.
Hay un cambio excesivo en el nivel de señales eléctricas en las células nerviosas durante una convulsión. Este aumento de la actividad nerviosa es responsable de los signos y síntomas de las convulsiones. Lo que causa el cambio puede ser el resultado de un derrame cerebral, tumor cerebral, causas genéticas, problemas metabólicos o problemas de toxicidad. Los anticonvulsivos también se pueden usar para tratar el dolor nervioso y el trastorno bipolar.
¿Como funciona?
Los medicamentos anticonvulsivos mantienen los impulsos de las células nerviosas a un nivel normal, por lo que no se vuelven excesivos e incontrolados, por lo que se usan en trastornos convulsivos y epilepsia. La forma en que los anticonvulsivos controlan los impulsos nerviosos no se comprende completamente, pero se cree que su efecto sobre los neurotransmisores como el GABA, o que actúan sobre los receptores como el glutamato o alteran los canales eléctricos en la célula nerviosa.
¿Qué enfermedades se usan para el tratamiento?
Los anticonvulsivos estabilizan el nivel de los impulsos de las células nerviosas y se usan para una variedad de enfermedades, que incluyen:
- Epilepsia
- Trastornos convulsivos
- Dolor nervioso (dolor neuropático)
- Trastorno bipolar